Bajo la lluvia, bajo el cielo gris, bajo un día un tanto tétrico y triste; en una banqueta, ahí, se encontraba ella...
-La vi pasar una noche antes- Dijo uno
-Yo la vi en el mercado esta mañana- Murmuraba el otro
-¿Qué le pasó?, Esta muerta?- Se escuchaba entre la muchedumbre.
-Se llamaba Isabella- Dijo otro y todos callaron.
Eran una chica muy linda, algo tímida y de tez blanca, con los razgos finos y una cintura delgada.
De movimientos firmes pero no bruscos, de voz suave pero no baja.
Era una niña enamorada, sólo una dulce y frágil niña.
Su novio, de unos diecisiete años mas o menos, era dos años mayor que ella, y se dice que abusaba de su docilidad y fragil cuerpo.
Empezaron con dos que tres manotazos, una que otra peladez.
Cuando todo comenzó a crecer ella intento terminarlo, pero el le lloró y suplicó y le profesó amor y mas amor
Comenzó a apagarse en ella la chispa de alegría, comenzaba a borrarsele la sonrisa. Su confusión nunca le permitió el "atrevimiento" (según conocido como derecho) a hablar y mostrar, primero; los pellizcos en los brazos, los insultos y amenazas; luego, una bofetada e insultos mas fuertes, despues la mitad del cuerpo marcado por sus sucias manos, junto con los intentos de violación...
Siempre quiso dejarlo, pero nunca tuvo el valor de no ceder; primero, a sus chantajes, luego a sus amenazas.
"Es que no quiero problemas" -pensaba ella-
Es que ahora no piensa, esta muerta...
La otra cara de la moneda
